Walt Disney creó la historia del pequeño Dumbo, basándose en el caso real del elefante Jumbo, un gigante que a finales del siglo XIX fue explotado en diferentes circos y zoologicos a un lado y otro del Atlántico. Jumbo fue toda una atracción turística en la época, pero por las noches destrozaba todo con ataques de furia que su amastreador solo lograba reducir emborrachándolo con whisky y cerveza. Cuando murió, atropellado por un tren, se descubrió que sufría de dolores horribles de huesos por el deterioro que habría sufrido al cargar con grupos de turistas y público que asistían a su espectáculo.
La mayoría de elefantes en cautividad han sufrido daños irreversibles derivados de su explotación y la mayoría de casos han terminado con animales que sólo querían escapar de su cautiverio. El final de estas historias siempre han terminado con el asesinato de estos elefantes problemáticos.
Incluso los elefantes nacidos en cautividad, como este pequeño que fotografié en el zoo de Madrid, anhelan la libertad. Ningún animal está destinado para ser esclavo y cuando madura necesita su libertad y los convierte en seres infelices que ni el whisky puede apaciguar.
Cámara Canon EOS 50D
Objetivo Canon 100-400mm f/4.5-5.6L IS USM